Miércoles 20/05/2015, 18:20:30
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Es muy cierto que la gloria es eterna pero también es cierto que las circunstancias cambiantes pueden llevarte a incluso desaparecer si no sos cuidadoso o si tenés mala suerte. O ambas cosas. Pensemos en los grandes e invencibles dinosaurios o por ejemplo en el fútbol uruguayo. Ya más de la mitad de su riquísima historia futbolística la pasaron prácticamente en el ostracismo.
Las circunstancias que nos hicieron grandes, un capitalismo aún moderado y el gusto por "jugar a la pelota" más el amor a la camiseta y el sentido de pertenencia que tenían aquellos jugadores, ya no existe ni va a volver a existir.
Un Bochini no se va a volver a repetir ni en 100 millones de años; ni siquiera un Giusti o un Beto Outes.
El ahora gran negocio del fútbol apostó a Boca y a Ríver en los comienzos de los 90. Dentro de poco, mitad del planeta será del Barcelona y la otra del Real.
El buen jugador no brilla. Brilla el juego que produce ese jugador. Y a veces brillan por él jugadores menos jugadores que aquel que hace brillar el juego. Dante Panzeri.
Equipo contra Tigre
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