Escrito por Rojo2014
Estoy de acuerdo con el espíritu general del post -- valorar el volver a las fuentes, la tenencia de la pelota, el toque, la circulación, el jugar en equipo, y, sobre todo, acerca de la necesidad de bajar la ansiedad, que es la clave.
Habiendo dicho eso, quiero salir en defensa del a veces mal llamado "resultadismo". El fútbol es un deporte muy "democrático" en esencia, por llamarlo de alguna manera.
Y un equipo bien armado, disciplinado y con mentalidad fuerte, y un poco de suerte, le hace partido e inclusive, a veces le gana a otro con mejores individualidades. Eso no sucede en todos los deportes y es parte del encanto del fútbol.
No hay que olvidarse que el arte de colgarse del travesaño es, en esencia, el arte de los menos poderosos, que aguzan el ingenio para nivelar la cancha inclinada.
Yo banco a muerte el ingenio del DT del equipo con pocos recursos, que le busca la vuelta para neutralizar el mayor poderío del rival y me parece que ese ingenio está en la raíz del fútbol, no creo que sea un "subproducto del negocio."
Al hablar de "resultadismo" me refiero a la concepción resultadista y "práctica" del hincha, que ya no disfruta del juego sino que sufre el trámite en pos de un resultado a favor como única razón de ser.
Este curioso (y triste) estado mental lo generó sin duda alguna el negocio multimillonario. Antes era común ver a hinchas disfrutar y aplaudir buenas jugadas del equipo rival. Hemos (nos han) empobrecido nuestra capacidad de goce futbolístico.
A todos nos gusta ganar, pero afortunadamente no es lo único que ofrece un juego tan rico como el fútbol. Es patético ver a los jugadores de los equipos poderosos clamar al unísono "no salir campeón es un fracaso" después de haber obtenido un título 6 meses atrás.
No tengo nada contra los equipos que se defienden como pueden; qué otra cosa se puede hacer frente a un equipo muy superior ?
El buen jugador no brilla. Brilla el juego que produce ese jugador. Y a veces brillan por él jugadores menos jugadores que aquel que hace brillar el juego. Dante Panzeri.