Lunes 03/10/2016, 15:18:28
Con fe, muchachos!
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El Rojo de Milito vuelve a creer en el campeonato
Independiente supo dejar atrás los malos tragos de la Copa Argentina y la Sudamericana y en base a un triunfo enfoca sus cañones a realizar un papel protagonista en el torneo local.
Independiente mira hacia adelante, hacia un futuro cercano que lo ilusiona. Puede sonar a obviedad después de ver frustrado sus sueños de Copa Argentina y Sudamericana donde dejó escapar una chance importante. Pero lo cierto es que el equipo de Gabriel Milito volvió a sumar de a tres en su visita a Junín y así confirmó que será uno de los animadores del torneo.De todos modos no hay que dejar pasar el hecho de que el golpe en la Sudamericana le dolió bastante al hincha y no dudó en pasarle factura al equipo. Fue en el reconocimiento del campo de juego se escucharon muchos silbidos e insultos de los primeros simpatizantes del Rojo que ya estaban ocupando la tribuna para visitantes. Incluso se entonó el clásico "Nosotros alentamos, pero ustedes nos fallaron". Estaba cantado que los hinchas iban a demostrar su malestar después de la eliminación de la Copa Sudamericana a manos del Chapecoense,pero fue por un momento ya que las tres mil almas del Rojo llegaron hasta la cancha de Sarmiento para continuar apoyando al equipo de Gabriel Milito.En la cancha el equipo paseó sus dudas, su estado anímico, su nerviosismo. Los jugadores también sintieron el golpe de la eliminación; son humanos. Eso por unos minutos, hasta que de a poco la confianza volvió a aparecer para llevar adelante la idea del Mariscal. Corazón y pases cortos. Incluso se destacó el hecho de que para arrancar el partido el entrenador optó por Juan Sánchez Miño en lugar de tribunearla y mandar derecho a Ezequiel Barco. El mensaje fue claro, por más marea que exista el rumbo no se modificará.Sarmiento fue un rival que se dedicó a trabar todo pero el equipo fue llevándolo de a poco, confiando en una idea y el gol finalmente llegó. Solo basta tener en cuenta el modo para darse cuenta que el convencimiento sigue firme. Los muchachos de Milito salieron jugando y se dieron el lujo de ser pacientes, tocar la pelota nueve veces hasta que Diego Vera rubricó todo con un taco al gol.Con el gol llegó la tranquilidad y el manejo más preciso. No fue un partido con todas las luces y es cierto que muchos jugadores estuvieron por debajo de su nivel pero es algo entendible. Por eso el Rojo tuvo que sufrir algunos embates aunque tampoco fue que tuvo que colgarse del travesaño y rezar. Pero era necesario sumar de a tres para ahuyentar fantasmas y descomprimir. Por eso más allá de todo se valoran los tres puntos para seguir prendidos en el pelotón de punteros, a dos unidades de Estudiantes.Ahora llegará el tiempo para que Gabriel Milito continúe aceitando un esquema que viene funcionando pero que necesita ser más punzante y crecer en actitud para sacarle brillo a la chapa de candidato. Por lo pronto en el horizonte recibirá a Atlético Tucumán con la responsabilidad de sumar de a tres y allí tendrá que rendir una nueva prueba de caracter ante su gente.
Independiente supo dejar atrás los malos tragos de la Copa Argentina y la Sudamericana y en base a un triunfo enfoca sus cañones a realizar un papel protagonista en el torneo local.
Independiente mira hacia adelante, hacia un futuro cercano que lo ilusiona. Puede sonar a obviedad después de ver frustrado sus sueños de Copa Argentina y Sudamericana donde dejó escapar una chance importante. Pero lo cierto es que el equipo de Gabriel Milito volvió a sumar de a tres en su visita a Junín y así confirmó que será uno de los animadores del torneo.De todos modos no hay que dejar pasar el hecho de que el golpe en la Sudamericana le dolió bastante al hincha y no dudó en pasarle factura al equipo. Fue en el reconocimiento del campo de juego se escucharon muchos silbidos e insultos de los primeros simpatizantes del Rojo que ya estaban ocupando la tribuna para visitantes. Incluso se entonó el clásico "Nosotros alentamos, pero ustedes nos fallaron". Estaba cantado que los hinchas iban a demostrar su malestar después de la eliminación de la Copa Sudamericana a manos del Chapecoense,pero fue por un momento ya que las tres mil almas del Rojo llegaron hasta la cancha de Sarmiento para continuar apoyando al equipo de Gabriel Milito.En la cancha el equipo paseó sus dudas, su estado anímico, su nerviosismo. Los jugadores también sintieron el golpe de la eliminación; son humanos. Eso por unos minutos, hasta que de a poco la confianza volvió a aparecer para llevar adelante la idea del Mariscal. Corazón y pases cortos. Incluso se destacó el hecho de que para arrancar el partido el entrenador optó por Juan Sánchez Miño en lugar de tribunearla y mandar derecho a Ezequiel Barco. El mensaje fue claro, por más marea que exista el rumbo no se modificará.Sarmiento fue un rival que se dedicó a trabar todo pero el equipo fue llevándolo de a poco, confiando en una idea y el gol finalmente llegó. Solo basta tener en cuenta el modo para darse cuenta que el convencimiento sigue firme. Los muchachos de Milito salieron jugando y se dieron el lujo de ser pacientes, tocar la pelota nueve veces hasta que Diego Vera rubricó todo con un taco al gol.Con el gol llegó la tranquilidad y el manejo más preciso. No fue un partido con todas las luces y es cierto que muchos jugadores estuvieron por debajo de su nivel pero es algo entendible. Por eso el Rojo tuvo que sufrir algunos embates aunque tampoco fue que tuvo que colgarse del travesaño y rezar. Pero era necesario sumar de a tres para ahuyentar fantasmas y descomprimir. Por eso más allá de todo se valoran los tres puntos para seguir prendidos en el pelotón de punteros, a dos unidades de Estudiantes.Ahora llegará el tiempo para que Gabriel Milito continúe aceitando un esquema que viene funcionando pero que necesita ser más punzante y crecer en actitud para sacarle brillo a la chapa de candidato. Por lo pronto en el horizonte recibirá a Atlético Tucumán con la responsabilidad de sumar de a tres y allí tendrá que rendir una nueva prueba de caracter ante su gente.