Domingo 17/12/2017, 09:29:44
La banda Oriental!!
- 0Seguidores
- 21Comentarios
- 10Me gusta
- 5049Vistas
La banda oriental - Por Pablo VignolaGuardarMartín Campaña, Diego Rodríguez y Gastón Silva, el trío de uruguayos que hicieron honor a todos sus compatriotas que dejaron una huella gloriosa en Independiente. Aportes clave con el termo bajo el brazo
Los hinchas de Independiente, aquellos que peinan canas, suelen tener una premisa: “Siempre tiene que haber un uruguayo en el equipo”. Algunos se acuerdan del Chivo Pavoni, capitán de mil batallas; otros del infernal Antonio Alzamendi; también de Carlos Goyén, el arquero del último campeón del mundo rojo. O Tomás Rolan, o Luis Garisto, o Alcides Silveira. Todos dejaron su sello y, muchos de ellos, anotaron con letras grabadas a fuego sus nombres en la historia gloriosa del equipo.
El campeón de la Copa Sudamericana 2017, ese que hizo pata ancha en el Maracaná donde dio una muestra de entereza digna de los más emblemáticos equipos de la vida del Rojo, tuvo tres representantes orientales: Martín Campaña, Diego Rodríguez y Gastón Silva, con aportes clave en el camino rumbo a la ansiada vuelta olímpica
Debajo de los tres palos, Campaña tuvo actuaciones muy sobrias con respuestas de esos arqueros que necesitan los equipos campeones. El recuerdo más fresco aparece en el último partido, en el empate en Río, donde el arquero tapó tres pelotas de gol; pero en la radiografía ampliada de la Copa, hubo una instancia que resultó determinante: el penal que le atajó al Pulga Rodríguez en Avellaneda y que le dio al Rojo la clasificación a cuartos de final.Esa atajada se produjo tras una mano inexistente (en realidad había sido del delantero de Atlético Tucumán) y después de que el árbitro mandara a repetir la ejecución de Rodríguez por invasión de área en el primer intento que había terminado en el fondo del arco.
La segunda mención es para un tipo que en la mitad de la cancha hizo honor a su apodo de Torito: Diego Rodríguez. Y el dato más llamativo con su aporte al equipo está relacionado con su convicción, ya que en el inicio de la temporada, Holan le dijo que no lo iba a tener muy en cuenta y que le convenía buscarse otro club. De hecho, Belgrano lo inscribió para sus filas y le ofreció contrato, pero Rodríguez no quiso ser Toro en rodeo ajeno; eligió quedarse a pelear por un lugar en Independiente, lugar que se volvió a ganar y de manera indiscutible. Con su entrega fue un motor que reguló los tiempos del equipo. Recuperó todo, empujó y contagió siempre.
Por su parte, pese a tener un jugoso contrato en México, Gastón Silva se sintió seducido por lo que le contaba Campaña, su compañero en la Selección de Uruguay, y aceptó pelear contra el sistema para llegar a Independiente, club del que se manifestó enamorado desde un primer momento. Jugó menos pero también hizo aportes valiosos, especialmente desde la personalidad con la que encaró cada compromiso.
La sangre charrúa, tantas veces definida como “garra”, circuló por las venas de este campeón. Todos le hicieron honor a sus predecesores y, como muchos de ellos, con el termo bajo el brazo, estamparon su firma en la página de una eternidad teñida de roja.
Los hinchas de Independiente, aquellos que peinan canas, suelen tener una premisa: “Siempre tiene que haber un uruguayo en el equipo”. Algunos se acuerdan del Chivo Pavoni, capitán de mil batallas; otros del infernal Antonio Alzamendi; también de Carlos Goyén, el arquero del último campeón del mundo rojo. O Tomás Rolan, o Luis Garisto, o Alcides Silveira. Todos dejaron su sello y, muchos de ellos, anotaron con letras grabadas a fuego sus nombres en la historia gloriosa del equipo.
El campeón de la Copa Sudamericana 2017, ese que hizo pata ancha en el Maracaná donde dio una muestra de entereza digna de los más emblemáticos equipos de la vida del Rojo, tuvo tres representantes orientales: Martín Campaña, Diego Rodríguez y Gastón Silva, con aportes clave en el camino rumbo a la ansiada vuelta olímpica
Debajo de los tres palos, Campaña tuvo actuaciones muy sobrias con respuestas de esos arqueros que necesitan los equipos campeones. El recuerdo más fresco aparece en el último partido, en el empate en Río, donde el arquero tapó tres pelotas de gol; pero en la radiografía ampliada de la Copa, hubo una instancia que resultó determinante: el penal que le atajó al Pulga Rodríguez en Avellaneda y que le dio al Rojo la clasificación a cuartos de final.Esa atajada se produjo tras una mano inexistente (en realidad había sido del delantero de Atlético Tucumán) y después de que el árbitro mandara a repetir la ejecución de Rodríguez por invasión de área en el primer intento que había terminado en el fondo del arco.
La segunda mención es para un tipo que en la mitad de la cancha hizo honor a su apodo de Torito: Diego Rodríguez. Y el dato más llamativo con su aporte al equipo está relacionado con su convicción, ya que en el inicio de la temporada, Holan le dijo que no lo iba a tener muy en cuenta y que le convenía buscarse otro club. De hecho, Belgrano lo inscribió para sus filas y le ofreció contrato, pero Rodríguez no quiso ser Toro en rodeo ajeno; eligió quedarse a pelear por un lugar en Independiente, lugar que se volvió a ganar y de manera indiscutible. Con su entrega fue un motor que reguló los tiempos del equipo. Recuperó todo, empujó y contagió siempre.
Por su parte, pese a tener un jugoso contrato en México, Gastón Silva se sintió seducido por lo que le contaba Campaña, su compañero en la Selección de Uruguay, y aceptó pelear contra el sistema para llegar a Independiente, club del que se manifestó enamorado desde un primer momento. Jugó menos pero también hizo aportes valiosos, especialmente desde la personalidad con la que encaró cada compromiso.
La sangre charrúa, tantas veces definida como “garra”, circuló por las venas de este campeón. Todos le hicieron honor a sus predecesores y, como muchos de ellos, con el termo bajo el brazo, estamparon su firma en la página de una eternidad teñida de roja.