Miércoles 21/02/2018, 18:12:56

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Es eso. Una tortura. Algo que deberÃa ser un espectáculo, se transforma en una travesÃa con miles de obstáculos.
La lleva el jugador x, la pierde, y ya sale la puteada...y sÃ, alguna vez la va a perder. NO es un robot.
La lleva el jugador y, remata, la pelota no va al arco...puteada o manotazo al aire...y no, no siempre la pelota va a ir al arco o va a ser gol.
Ataca el rival, cruza la mitad de cancha, taquicardia. Por supuesto que va a atacar, son once contra once.
Ni que decir si hay un tiro libre al borde del área. Estado de desesperación.
Y algo muy extraño, inexplicable. Si hace un gol Independiente, al cabo de unos minutos la alegrÃa transmuta en un estado de angustia ante la posibilidad del empate rival, pero si el que convierte primero es el rival, la sensación es inversa...ya está, nos clavaron, nada peor puede pasar en esta vida.
La lleva el jugador x, la pierde, y ya sale la puteada...y sÃ, alguna vez la va a perder. NO es un robot.
La lleva el jugador y, remata, la pelota no va al arco...puteada o manotazo al aire...y no, no siempre la pelota va a ir al arco o va a ser gol.
Ataca el rival, cruza la mitad de cancha, taquicardia. Por supuesto que va a atacar, son once contra once.
Ni que decir si hay un tiro libre al borde del área. Estado de desesperación.
Y algo muy extraño, inexplicable. Si hace un gol Independiente, al cabo de unos minutos la alegrÃa transmuta en un estado de angustia ante la posibilidad del empate rival, pero si el que convierte primero es el rival, la sensación es inversa...ya está, nos clavaron, nada peor puede pasar en esta vida.
EL YAGUARETÉ MIMOSO