Ingresar
Buscar
INICIO
Foros más comentados

CREAR TEMA

Viernes 08/02/2019, 14:34:29
1509 Posts - 622 Puntos
Escrito por camaronbrujo

De a poco creo que voy entendiendo el proceder de Holan. Ha construido un imperio.
Y como todo imperio tiene soldados, dispuestos a defenderlo a capa y espada sin importar lo que haga. Soldados que se ganó con dos copitas y con versitos como ''compromiso, actitud e intensidad''. Versito que no lleva a la práctica y queda en sanata.

No admite críticas, su proceder y declaraciones son contradictorias y totalitarias. Echó a jugadores que él mismo trajo como gesto de autoritarismo. Aquella pseudo renuncia que luego retiró y que tanto ruido nos hizo a muchos, no fue más que una estrategia para generar deseo y aclamación por parte de los hinchas, y vaya si le resultó bien, que aún le rinde el crédito ganado.
Como buen tirano, tiene su ejército de periodistas, hinchas y foristas que saldrán a descalificarte y tratarte de tiramierda y antiproceso si no estás de acuerdo con ellos. Bien típico de zurdo hegemónico. Se escuda detrás del monopolio de la palabra "proceso", como si eso justificara las erogaciones disparatadas de dinero que se hicieron, las decisiones como regalar al goleador de la superliga, y el fracaso futbolístico que acarreamos. Confío en que la paciencia tendrá su fin por parte de dirigentes e hinchas, y no dejará que un tipo se crea más grande que Independiente.

Esto no es deportivo HOLAN, esto es el CAI.
Si este sábado le ganamos a Unión, aunque sea 1 a 0 y con un gol de penal, todos estos comentaristas pasarán a elogiar al equipo. Ni hablar de cuando se ganen dos o tres partidos seguidos, cosa que más temprano que tarde va a volver a pasar.
Que nos acomodamos de nuevo en la tabla, que "qué bien pateó el penal Gaibor", que "qué categoría tiene Hernández", que "cómo está jugando Bustos".
Así son los hinchas argentinos del fulbo, un conglomerado de veletas histéricas que no están capacitadas para mirar ni 5 cm más adelante de su nariz.
Cuando era chico al menos se exigía con razón porque se ganaba todo. Pero lo más importante era ser leal y jugar bien, después ganar, empatar o perder.
Ahora parecemos Estudiantes o boquita: si se gana, no importa cómo, todos felices.
Así estamos.