Cuando se forma un plantel con jugadores viejos,
rotos, mediocres, algunos ya sabemos cómo resulta tal acción,
y peor en los clubes grandes.
Quienes gustan de leer la historia del futbol argentino
han aprendido la lección viendo los jugadores que incorporaron
San Lorenzo, Racing, River, Independiente en sus respectivos
descensos: algunos excelentes futbolistas, pero viejos,
otros rotos (pero baratos, cuando se recupere va a rendir), y mediocres.
Estando nuestro querido Ariel, se trajeron a los Silva,
el Tucu Hernández, Menéndez, los Verón, Burrito Martínez,
los Romero, Cerutti, Ervitti, Jonás Gutiérrez... Más de 30 troncos...
No podía salir bien. Y no salió bien.
Luego Beccacece trajo a Chávez, Palacios, Barboza. Listo:
cartón lleno para 3 años.
Lo peor es que Los Moyano nos fundieron
y luego llegaron unas personas que no solo no sabían de futbol,
sino que además contrataron a un fracasado que terminó en juicio
con el club en que había dejado un desastre
y un D. T. que apenas había dirigido en Primera C
y lo habían "dejado renunciar" por los pésimos resultados
y hacía dos años que estaba de ayudante de un técnico... en Chile,
por lo cual ni siquiera conocía a los jugadores del club,
tampoco a los que llegaban y no tenía criterio ni huevos
para elegir jugadores...
No podía salir bien. Y no salió bien.
Pero... Todavía existe, cronológicamente, la posibilidad
de traer 3 jugadores de calidad que levanten el juego
y el ánimo del equipo.
No importa a quién deban pedir el dinero, no importa ya
endeudar al club: si llegan 3 futbolistas buenos,
podemos zafar del descenso con cierta calma.
Si no se los puede incorporar o si insisten en contratar
mediocres, continuaremos utilizando este sistema de rezos
y cábalas... Y hasta hoy, no nos ha salido bien.