CREAR TEMA

Veo que siguen las lágrimas, pero lamentablemente nunca estuvo a la altura y en este club no hay tiempo para esperar que el amigo Carlitos se capacite para dirigir un club grande como este.
-Tuvo banca: a pesar de ser un personaje bastante polémico y fuertemente identificado con uno de nuestros máximos rivales, la gente entendió que estábamos en una situación complicada y lo banco desde el minuto cero. Le colgaron banderas, le escribieron canciones, lo aplaudieron, ovacionaron, y nadie nunca le hizo notar ningún tipo de hostilidad (a pesar que muchas veces el soberbio enfrentó a los hinchas sin razón alguna.)
-Tuvo tiempo: agarró en agosto y se va en mayo. 9 meses para, al menos, demostrar algo o intentar desarrollar una mínima idea. Nada de eso ocurrió, el equipo solo jugó bien 45 minutos contra Central allá (un partido que ni siquiera terminamos ganando), y algún que otro tramo esporádico de otro partido. Jamás buscó "ser protagonista en todas las canchas" como el DT había declarado, o "respetar la historia de Independiente".
-Tuvo dinero: 2 millones de dólares para traer al 9 sensación que querían todos, otro millón por un ecuatoriano ignoto con las dos rodillas operadas en un puesto que teníamos cubierto (y a pagar en 24 cuotas), otro millón y pico en Toloza que en su momento también era bastante codiciado. Ya tenés casi 5 palos en un club que debe más del doble y está a días de volver a ser inhibido es una locura. Y a ninguno de ellos hizo rendir, de hecho ninguno es titular hoy por hoy, por ende el club pierde plata (y eso particularmente no es culpa de ningún dirigente sino pura y exclusivamente del DT).
-Tuvo pretemporada: escándalo aparte con todo el tema de Miami, tuvo la posibilidad de armar su plantel y pifió más de lo que acertó. Perdió un mes y medio boludeando con el mediocre de Alan Franco (nos salvamos de poner otra fortuna), vino Fedorco y se iba a ir a préstamo porque no lo quería. Todos los juveniles campeones en reserva a préstamo o colgados, mientras todavía concentran tipos como Buffarini o Damián Pérez.

Nadie nunca le exigió ser campeón de nada, aunque debería ser una obligación pelear los campeonatos teniendo en cuenta la vergüenza de no jugar copas por segundo año consecutivo. Así que ese verso no corre.
Ni siquiera se lo mató por el papelón en Córdoba que te comiste 3 por ir a especular con el empate. Pero no superar futbolísticamente a Riestras, Barracas, Juventud Unida de San Luis o cualquier equipo con uno o hasta dos jugadores menos te da la pauta que estás perdiendo el tiempo, y no queremos ni tenemos más tiempo (ni prestigio) para regalar.