Dios creó al hombre y la mujer, y él estableció que las relaciones sexuales solo deben tener lugar entre esposo y esposa (
Génesis 1:27, 28; Levítico 18:22; Proverbios 5:18, 19). Así pues, las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo o entre un hombre y una mujer que no sean esposos están prohibidas por Dios (
1 Corintios 6:18). Dicha prohibición abarca el sexo oral y anal, así como masturbar a otra persona.