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Lunes 04/06/2018, 00:06:33
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Ésto es un poco largo, pero para el que quiera saber algo más, ahí va.

Es del diario ABC Color de Asunción.



23 DE JULIO DE 2002 00:00

Arsenio Erico: El mito a 25 años de su muerte

Hoy se cumplen 25 años del fallecimiento del más grande futbolista paraguayo de todos los tiempos,

Arsenio Erico.

Una recopilación elaborada por el Lic. Alberto Candia,
investigador de la historia del fútbol paraguayo, nos permite homenajear al
gigante compatriota y dejar un testimonio para las nuevas generaciones que
merecen saber que existió un deportista de su tremenda valía que honró al
Paraguay con sus dotes futbolísticas y humanas.Artemio Villanueva

Cuando Arsenio Erico nació (el 30 de marzo de 1915) el Barrio Obrero de
Asunción pintaba todas las mañanas un alba tranquila que se iría transformando
en un día blanco de reluciente sol.

Y cuando tuvo contacto con el balón, en sus primeros partidos de barrio, se fue
acomodando y heredando una magia innata. Un dominio propio de su cuerpo ágil y
un manejo exquisito del balón.

Y en sus primeros partidos interesantes, jugados en el Salesianito del barrio
Vista Alegre, sus primeros goles ya eran el deleite de los aficionados. Como
todo muchacho, incansable, jugaba dos partidos por día: uno a la mañana y otro
a la tarde.

El Nacional querido lo fichó y ya brillaba con luces propias. La gambeta, el
taco, la chilena, los saltos impresionantes para ganarle al férreo defensor,
superándole para asestar el cabezazo certero y preciso. Porque cada gambeta, en
el mano a mano, o cada salto, marcaba la diferencia con sus oponentes. Su sello
peculiar era el gol. Un goleador sutil, refinado y preciso.

Un día llegó la guerra y Erico se alistó junto a otros compatriotas, no para
esa pelea innecesaria, en donde cayeron miles de compatriotas. En la selección
de la Cruz Roja Paraguaya cumplió, para conseguir fondos, en partidos amistosos
jugados en territorio argentino. Fue la vitrina para Erico.

Le vieron los del
club Independiente de Avellaneda y sin pestañear lo contrataron. Ese muchacho
alegre aceptó el reto y ahí con el Independiente rompería todos los moldes y se
llevaría todos los elogios sobre su juego, porque ‘‘había en él algo
antinatural’’ (decían los entendidos); ‘‘bailarín del fútbol portentoso de
agilidad felina’’ o ‘‘cada gol del Saltarín Rojo suponía un rapto de fineza’’,
y no fueron uno, sino 293 goles, que cautivaron a los que le vieron
jugar.

Resulta difícil rescatar su mejor obra, que ni siquiera él se atrevía a elegir
una. ‘‘La antología de sus goles: casi imprescindible en un manual del buen
gusto y espectacularidad’’.

Era tan humilde que dijo: ‘‘Yo triunfé porque mi forma de jugar se adaptaba a
la que se practicaba entonces’’. Pero el fútbol es arte y en Erico se
desarrolló esa magia impresionante del buen jugar. ‘‘Permanentemente parecía
que estaba por caer al suelo, pero la pelota seguía atada a sus pies. Había en
él un equilibrio antinatural, según los azorados de la época, como un
marionetista invisible condujera su tránsito con hilos de viento’’; dijo de él
un periodista argentino.

Erico era un 9 perfecto. Se llenó de gloria por su juego, pero siempre conservó
esa humildad y no se agrandó.

Sus juegos y goles están en el recuerdo y en las estadísticas del fútbol
argentino.

Ahí hasta lo endiosaron, pero él no aceptaba todas estas loas y se anotaba como
uno más. Esa fue otra grandeza que sostuvo en su andar por el fútbol.

Tantas cosas hermosas y verdaderas encierra esta rica historia.

La de este paraguayo que rompió el molde con su juego y dejó su sello peculiar
en tierra Argentina, vistiendo el rojo del Independiente de Avellaneda.

Hoy recordamos al ‘‘Saltarín Rojo’’, de fútbol portentoso y ágil. Al hombre que
fue de mimbre y goleador absoluto, inalcanzable en el balompié argentino.

Arsenio Pastor Erico Martínez nació en el ‘‘Barrio Obrero che vy’aha, lugar
florido del Paraguay’’ y murió hace 25 años, el 23 de julio de 1977, en Buenos
Aires, Argentina.

Le recordamos hoy con estas líneas, como un homenaje al que fue el abanderado
del fútbol arte. Al goleador indiscutible y mejor futbolista paraguayo de todas
las épocas. La historia y las estadísticas lo afirman, y no solo yo.

Gracias, ‘‘Saltarín Rojo’’, por lo que le diste al fútbol paraguayo.


LA MAGIA DEL "SALTARIN ROJO"

¡Qué se puede decir del ‘‘Saltarín’’, si ya se dijo todo!, ríos de tinta se
escurrieron, mares de salivas se escaparon, gritos, llantos, locuras,
ilusiones, buscando explicar las virtudes sin límites de este fenómeno del
balón, con sangre y estirpe guaraní, que impactó a esta región (hoy Mercosur) y
que las nuevas generaciones deben enarbolar con orgullo y admiración. Mantener
la llama viva de nuestro símbolo futbolero es la tarea ciclópea que nos
corresponde a todos los paraguayos, los que llevamos en la sangre al fútbol y
sentimos con pasión el ‘‘ñandereko’’ y el ‘‘ñande ypykue’’ que se refleja en la
vivencia del ‘‘hombre de goma’’, Don Arsenio Erico. Su vida sobre el verde
césped y en torno a ella, exponemos en esta semblanza compilada.


CARACTERISTICAS DEPORTIVAS

Tremendo goleador.
Extraordinario cabeceador.
Salto felino.
Fulgurante gambeteador.
Preciosista en espacio reducido.
Velocidad en corta y larga.
Pícaro.
Astuto.
Belleza en los toques.
Elegante en el dominio del balón.
Fino.
Con gran despliegue físico.
Juego asociado y espíritu comunitario.
Sus goles mágicos.
Agilidad física y mental.
En suma: futbolista completo, fabuloso, venido del cielo.


SIMILITUD FUTBOLISTICA

Ninguna.
Incomparable, único, exclusivo, diferente, perfecto.
Un iluminado.


LA FAMILIA ERICO

De ascendencia italiana, la familia Erico era nacionalófila de pura cepa.
Arsenio se fichó en el club a los 12 años de edad, en 1927. Jugó en las
inferiores de Nacional e intercaló con su pasión por el Salesianito, hasta
debutar en primera en 1930 con tan solo 15 años. De familia futbolera, traía en
sus venas el fútbol de sus ancestros.

Toda la familia Erico fue futbolista del club Nacional FC. Su padre como sus
tíos (hermanos de este) fueron jugadores destacados de la Academia, desde sus
inicios como entidad deportiva.

Don Guillermo Erico (padre de Arsenio) y hermanos (Juan, Gregorio y Pablo) se
iniciaron con la institución misma como pioneros, cuando aún la casaca era
albiverde (rayas verticales) y que fue luego reemplazada en 1923 en forma
definitiva con el obsequio de los atuendos realizados por el club Nacional del
Montevideo, que buscó confraternizar con sus pares del continente americano.

Los Erico de la ‘‘guardia vieja’’ jugaron desde la fundación hasta 1918 y
fueron campeones con el primer título logrado por Nacional FC en 1909,
rompiendo la hegemonía aborigen de entonces.

Después vino el relevo generacional y aparecieron los vástagos. Los primos
hermanos de Arsenio: Enrique ‘‘Petí’’ (puntero izquierdo) y Rafael (interior
izquierdo) integraron nuestros seleccionados en el torneo sudamericano (hoy
Copa América) de 1921, 1922 y 1929. Además, Enrique salió campeón invicto del
fútbol paraguayo con Nacional FC, en el año 1926.

Los hermanos de Arsenio: Armando y Adolfo también jugaron en Nacional FC.
Cuando Arsenio fue transferido a Independiente en 1934, su lugar como delantero
centro fue ocupado por Armando y como interior derecho ingresó Adolfo.

La fama de los Erico ya traspasaba la frontera. Rápidamente aparecieron
interesados en ellos. Cuando Arsenio fue transferido, todos apuntaron a sus
hermanos, así Adolfo fue comprado por Peñarol de Montevideo, donde jugó 3
temporadas, hasta 1939. También jugó en la selección paraguaya el sudamericano
de 1937 y quedó radicado en Montevideo.

Mientras, Armando fue al San Lorenzo de Almagro, donde jugó 1 temporada, en
1938, y luego regresó a Paraguay para vivir en su casa paterna.

Observación: Arsenio Erico nunca jugó oficialmente por la selección paraguaya
absoluta. ¡Qué ironía!.


DATOS PERSONALES

Nombres: Arsenio Pastor
Apellidos: Erico Martínez
Fecha de nacimiento: 30-03-1915
Lugar de nacimiento: Asunción
Nacionalidad: paraguaya
Altura: 1,75 m.

Peso: 68 kilos
Calce: 41
Puesto: centrodelantero
Pie: Ambidiestro
Padres: Guillermo Erico y Margarita Martínez.

Hermanos: Armando, Adolfo y Darío.

Estudios: a) Primaria: Escuela General Díaz.

b) Secundaria: Colegio Nacional y Colegio Natalicio Talavera.

Domicilio: (Asunción) Iturbe y 4ta. Proyectada; (Argentina) Aristóbulo Delvalle,
Nº 493, Castelar, Buenos Aires. Estando en actividad y aún soltero vivió en
Merlo.

Estado civil: Casado a los 45 años con Aurelia Blanco el 20 de febrero de 1960.

Gustos: Escuchar y hablar sobre música paraguaya. Leer libros y acompañar a los
compatriotas sirviendo tereré.

Nombres deportivos: ‘‘El crack’’, ‘‘El Saltarín’’, ‘‘El hombre de goma’’, ‘‘El
trampolín’’, ‘‘El malabarista’’, ‘‘El eximio’’, ‘‘La gacela’’, ‘‘El rayo’’,
‘‘El arcángel’’, ‘‘El duende’’, ‘‘El rey del gol’’, ‘‘El bailarín’’, ‘‘El míster
gol’’, ‘‘El hombre de mimbre’’, ‘‘El virtuoso’’, ‘‘El pájaro blanco’’, ‘‘El
paraguayo de oro’’, ‘‘El mago’’, ‘‘El aviador’’, ‘‘El taceners’’ y mucho más.

Fallecimiento: Murió en el hospital Argerich de Buenos Aires a las 23:00 el día
sábado 23 de julio de 1977.