Una ves un amigo paro en seco a un perro, enorme, de una piña en el hocico.
Fue durante un partidito de verano ante la presencia de todos los amigos, el perro corrio en linea recta hasta el unos 40 metros, el lo espero frio y sin temor, no se movio hasta tenerlo encima, momento exacto donde solto su puño sin gran fuerza aparente pero con enorme precision y justeza..
Plaf!! Sono, el perro reculo, dio media vuelta y se alejo mientras se lo escuchaba estornudar como avergonzado o arrepentido.
Pablito fue llevado en andas (No literal) y fuertemente vanagloriado por toda la banda durante dias..
Si se tuviera que pagar por las atrocidades que hicimos de chicos, quizás pocos llegaríamos a adultos... vivir con algunos de esos recuerdos es castigo suficiente.