CREAR TEMA

Esta me pasó hace mucho, no sé si es tan divertida al contarla pero en el momento les juro que fue terrible.

Tenía 17 añitos y a mi abuela que vivía en casa y siempre estuvo muy enferma la cuidaba una chica que venía todos los días. Esta señorita tenía unos 3 años más que yo y hacía un par, mas o menos, que había decidido comerse al pibe de la casa. Fue una de las épocas más felices de mi vida, pintaba fiesta todos los días, a veces más de una vez al día y en todos los ambientes de la casa.

La chica no sé si era muy agraciada, pero estaba muy comestible, y, sobre todo, contaba con una imaginación cercana a lo glorioso.

Resulta que ese verano a mi vieja se le ocurre una de sus ideas que hoy sería llamada un "microemprendimiento" y empieza a organizar viajes de turismo a Mar de Ajó para jubilados. Arregla con una empresa de ómnibus (Turismo Patri, que salía de Liniers) y con el hotel "Estrella de Mar", un glorioso estrella y media frente a la playa.

Ahí fuimos con un vago amigo, a hacer de guía de turismo para los viejitos a cambio de la estadía de los 3 meses, alojamiento, comida y 2 mangos con cincuenta. La estadía fue más que interesante, pegamos onda con las pibas del hotel, con el pibe del bar y armábamos altas jodas casi todos los días una vez que habíamos solucionado los kilombetes diarios relacionados con la dureza de las milanesas, la (escasa) porción de flan con dulce y la antigüedad de los colchones del Stella Maris.

Finalmente resultó que llegó el día que mi vieja mandó a la suya con el tur de jubiletes, así que me predispuse feliz a disfrutar de mi quincena monógama con la enfermerita hot... Así que ya desde el primer día empezamos a repetir la secuencia de nuestro día a día, es decir esperar a que la vieja se durmiera para ir al cuarto a ponernos al día como corresponde

Nunca nos enteramos pero resultó que mi abuela le dio por sospechar, y así fue que una tarde, una vez que la veterana empezó a roncar nos fuimos a la habitación a darle a la matraca. Como final de fiesta la petisa estaba dándole al solo de flauta como una campeona, el tipo recostado con las manos cruzadas en nuca propia a 15 segundos de la dicha eterna cuando la vieja abre la puerta de un bastonazo al grito de "V....., la puta que te parió, yo sabía, yo sabía!!!

Nunca se me dio por preguntar si la abuela se lo contó a alguien, la chica la siguió cuidando un par de años más y haciendo uso del nieto de todas las maneras que le vino en gracia. Lo que nos cagábamos de risa cada vez que nos acordábamos no tiene nombre...

Mi abuela se murió y no nos vimos nunca más y jamás volví a saber de ella.