Miércoles 15/03/2017, 13:56:32
Muñeca brava.
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Crean las primeras muñecas sexuales con inteligencia artificial Las desarrolló un científico catalán. Y una empresa de Sillicon Valley va en la misma línea. El mercado de
las muñecas eróticas de tamaño y aspecto humanos tiene cierto recorrido en países como Estados Unidos y un notable éxito comercial en algunos países asiáticos como Japón. En Europa, esta industria es aún incipiente: hace apenas unas semanas abrió en Barcelona el primer “prostíbulo” de estas muñecas en el viejo continente, y terminó
cerrando.El experto en nanotecnología catalán Sergi Santos lleva varios años trabajando en una idea con la que busca aplicar sus vastos conocimientos científicos a un producto que dé respuesta a una de las necesidades primarias de los seres humanos: el afecto. Este proyecto ya es un prototipo y se llama Samantha. Pesa unos 40 kilos,
tiene los ojos verdes, una larga cabellera de color castaño y unas medidas de 90-55-90. Samantha es suave al tacto y en el trato. Está hecha de TPE puro (elastómero termoplástico, un material relativamente nuevo en el mercado) e incorpora un microprocesador en la cabeza que funciona mediante un “algoritmo potentísimo” creado por Santos. Este sistema le permite interactuar con las personas en distintos modos: desde familiar --haciendo compañía en el sofá mientras se ve una película, por ejemplo-- hasta sexual, lo que incluye la capacidad de la muñeca de “llegar al orgasmo”, asegura este científico de 38 años, “siempre que su acompañante sea capaz de estimularla” convenientemente. Precio??, entre 8.000 y 10.000 dólares... y bue...hay usuarios para todo tipo de producto.
las muñecas eróticas de tamaño y aspecto humanos tiene cierto recorrido en países como Estados Unidos y un notable éxito comercial en algunos países asiáticos como Japón. En Europa, esta industria es aún incipiente: hace apenas unas semanas abrió en Barcelona el primer “prostíbulo” de estas muñecas en el viejo continente, y terminó
cerrando.El experto en nanotecnología catalán Sergi Santos lleva varios años trabajando en una idea con la que busca aplicar sus vastos conocimientos científicos a un producto que dé respuesta a una de las necesidades primarias de los seres humanos: el afecto. Este proyecto ya es un prototipo y se llama Samantha. Pesa unos 40 kilos,
tiene los ojos verdes, una larga cabellera de color castaño y unas medidas de 90-55-90. Samantha es suave al tacto y en el trato. Está hecha de TPE puro (elastómero termoplástico, un material relativamente nuevo en el mercado) e incorpora un microprocesador en la cabeza que funciona mediante un “algoritmo potentísimo” creado por Santos. Este sistema le permite interactuar con las personas en distintos modos: desde familiar --haciendo compañía en el sofá mientras se ve una película, por ejemplo-- hasta sexual, lo que incluye la capacidad de la muñeca de “llegar al orgasmo”, asegura este científico de 38 años, “siempre que su acompañante sea capaz de estimularla” convenientemente. Precio??, entre 8.000 y 10.000 dólares... y bue...hay usuarios para todo tipo de producto.