Martes 04/04/2017, 15:33:49
#somonosotro
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Leyendo las polémicas del foro, respecto al paro y la diferencias socio políticas de los comentaristas, arribé a la siguiente conclusión. Bastante pelotuda por cierto. Pero no por eso me privaré de compartirla con ustedes. Además, hoy laburé muy poco. Y en un rato encaro para la cancha.
Somos inviables. No el gobierno, ni el sindicalismo.. Somo nosotro, diría bebo desde la popular sur. ¿De qué podríamos trabajar en otro país que no fuera la Argentina? Esa es la cruda realidad. Sólo en el granero del mundo se puede vivir bien sin trabajar, sin oficio y sin expectativas.
Podemos hacer la gran Champion Liga y armar un grupo de cumbia, pero Uruguay ya está lleno de eso. El mito de que los uruguayos son argentinos cultos, está cediendo ante la conurbanización peronista del paisito.
También podríamos rumbear para el viejo continente, formar un grupo de música andina para tocar en los subtes. Aunque se corre el riesgo de que te tiren tres litros de nafta y te prendan fuego. Y si bien no es lo mismo morir incendiado en Hamburgo que atropellado por un Rastrojero 74 que hace fletes en Ruta 3, a la altura de Laferrere, es difícil arriesgar todo por la quimera de hacerse la Europa.
Hoy el sueño de los argentinos migrantes es terminar desnudos, borrachos o drogados en una mansión
de la Toscana y que te empome Berlusconi. Ya cualquiera puede poner Durlock y hacer un conducto dental en España. No nos necesitan.
Pero la culpa es nuestra. Teníamos un paraíso a nuestros pies y lo dejamos escapar por decir lo que pensábamos. Al fin y al cabo, a quién lo importaba lo que pensáramos.
Y lo más triste es que nos derrotó un ejército de monotributistas del Poder. No es Rozas y la Mazorca. Es el circo de monitos saltarines de Aníbal Fernández. Eso es lo indignante.
Es duro pero aunque no nos guste, hay que estudiar y trabajar. Es la única manera de zafar de ellos
y que no necesitemos de sus dádivas ni de su beneficencia.
Si viene lo peor, quiero que me recuerden con alegría. Comiendo bolas de fraile, llenando el teclado de azúcar, viendo de dónde garronear un peso, esperando que el tiempo pase sin hacer nada para evitarlo.
Y sobre el paro en particular: sepan que quién a chori mata a chori muere.
Es todo por el momento, desde este humilde socavón de la resistencia.
Consejito: No corran que es peor.
Somos inviables. No el gobierno, ni el sindicalismo.. Somo nosotro, diría bebo desde la popular sur. ¿De qué podríamos trabajar en otro país que no fuera la Argentina? Esa es la cruda realidad. Sólo en el granero del mundo se puede vivir bien sin trabajar, sin oficio y sin expectativas.
Podemos hacer la gran Champion Liga y armar un grupo de cumbia, pero Uruguay ya está lleno de eso. El mito de que los uruguayos son argentinos cultos, está cediendo ante la conurbanización peronista del paisito.
También podríamos rumbear para el viejo continente, formar un grupo de música andina para tocar en los subtes. Aunque se corre el riesgo de que te tiren tres litros de nafta y te prendan fuego. Y si bien no es lo mismo morir incendiado en Hamburgo que atropellado por un Rastrojero 74 que hace fletes en Ruta 3, a la altura de Laferrere, es difícil arriesgar todo por la quimera de hacerse la Europa.
Hoy el sueño de los argentinos migrantes es terminar desnudos, borrachos o drogados en una mansión
de la Toscana y que te empome Berlusconi. Ya cualquiera puede poner Durlock y hacer un conducto dental en España. No nos necesitan.
Pero la culpa es nuestra. Teníamos un paraíso a nuestros pies y lo dejamos escapar por decir lo que pensábamos. Al fin y al cabo, a quién lo importaba lo que pensáramos.
Y lo más triste es que nos derrotó un ejército de monotributistas del Poder. No es Rozas y la Mazorca. Es el circo de monitos saltarines de Aníbal Fernández. Eso es lo indignante.
Es duro pero aunque no nos guste, hay que estudiar y trabajar. Es la única manera de zafar de ellos
y que no necesitemos de sus dádivas ni de su beneficencia.
Si viene lo peor, quiero que me recuerden con alegría. Comiendo bolas de fraile, llenando el teclado de azúcar, viendo de dónde garronear un peso, esperando que el tiempo pase sin hacer nada para evitarlo.
Y sobre el paro en particular: sepan que quién a chori mata a chori muere.
Es todo por el momento, desde este humilde socavón de la resistencia.
Consejito: No corran que es peor.