Escrito por JULIOFANATICOLindo y certero ejemplo, pero hay un drama, el ablande, además siempre viene con algunos detalles ocultos, un colega adhiere fervientemente al cambio de modelo periódicamente, para no perder con el paso de los años, pero le están sacando hasta las ganas de comer.
Las mujeres son como los autos, después de unos años, hay que cambiarlos porque empiezan a romper las pelotas.