Merece largo estudio, no es tan facil y nada nuevo, por ejemplo, en el período de la última república romana, aparecieron una serie de líderes llamados
populares (o
factio popularium, ‘partido de los del pueblo’) que se opusieron a la aristocracia
tradicional conservadora y apostaron por el uso de las asambleas del
pueblo para sacar adelante iniciativas populares destinadas a la mejor
distribución de la tierra, el alivio de las deudas de los más pobres y
la mayor participación democrática del grueso de la población. Entre sus
líderes están varios de los
Gracos,
Publio Clodio Pulcro,
Marco Livio Druso el Tribuno,
Sulpicio Rufo,
Catilina,
Cayo Mario o
Julio César.Este grupo
(factio) contó con la oposición acérrima del partido aristocrático de los
optimates encabezado por
Cicerón, que usó su poder político y su retórica para eliminar el poder político (y a veces la vida) de los líderes de los populares. Desde aqui puede rastrearse en toda la historia de los pueblos , puede, eventual aunque no necesariamente, ser la respuesta adecuada a un contexto social dado. Creo que entre nuestros estadistas y Julio Cesar hay un poquito de distancia, sin embargo.