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CREAR TEMA

Martes 01/03/2016, 10:50:27
5005 Posts - 159 Puntos
Escrito por leviatan.

prat gay: "los últimos cinco años le costaron al país 2 millones de puestos de trabajo", dijo, en referencia a no haber acordado la deuda con el 8 % de los acreedores...y no es joda, dijo eso.

Hoy le preguntaron al dirigente tonelli del pro, lo siguiente: "si el bco central cuenta con pocas reservas, por que le quitaron las retenciones al agro y a las mineras?"
Respuesta: "le quitamos las retenciones al agro para que se generen puestos de trabajo, y a las mineras, porque es ilegal"...El agro generando puestos de trabajo...mamita!!!
En un par de años el peronismo se los come vivos a estos tipos..

Toma, te dejo esto, lee un poquito a ver si entendes de que se trata el agro en su conjunto.

En un trabajo reciente mostramos que el impacto total en el empleo de las cadenas agroindustriales es de 5,592 millones de puestos o 35,6 por ciento del total, incluyendo Plan Jefes. ¿Es mucho o poco? Es mucho si se lo compara con la imagen porteña de ser un sector poco empleador. Y es poco porque casi dos tercios del empleo de la economía no dependen de la agroindustria, por lo que aun suponiendo un escenario de crecimiento del sector es obvia la necesidad de impulsar también el desarrollo de la industria manufacturera, la construcción, el turismo y los servicios.

El trabajo que hicimos con María M. Harriague y Ernesto O’Connor dividió este impacto en tres rubros. El empleo agroindustrial directo, de 2,751 millones o un 17,5 por ciento del empleo total. El empleo indirecto 1, generado por la demanda neta de insumos del sector, de 971 miles, 6,2 por ciento del total. Tercero, dado que nuestro propósito no era medir las personas ocupadas sino algo distinto, que es el impacto total en la generación de empleos, incluimos también el empleo indirecto 2, generado al gastarse los ingresos originados en las cadenas y que alcanza a 1,870 millones de personas, 11,9 por ciento del total.

En su crítica publicada en Cash (sección Agro, 18 de septiembre de 2005), Javier Rodríguez dice que nuestra medición incurre en duplicaciones al incluir a personas que trabajan en otras cadenas de la economía. Lamentablemente, la crítica no cita nunca la segunda parte del trabajo, que es crucial para entenderlo. Analizando la totalidad de las localidades de la Argentina pudimos determinar que un 35,1 por ciento de la población del país vive en lugares predominantemente agropecuarios o agroindustriales o, viviendo en otro tipo de ciudades, trabaja directamente en agroindustrias. No es casual que el porcentaje coincida exactamente con el anterior, porque ambos miden lo mismo.

Cualquier persona que haya recorrido el país o que viva en el interior sabe perfectamente que son muchísimas las ciudades y pueblos, por no hablar de zonas rurales, cuyos empleos e ingresos dependen de lo que ocurra en el sector agroindustrial, ya sean remiseros u hoteleros (inclusive de alojamientos), ferreteros, peajistas y cuanto pueda imaginarse. Esto fue lo que procuró medir el trabajo, y por ello no incurre en ningún tipo de duplicaciones.

No puede confundirse la matriz de insumo-producto, un artificio metodológico, con la realidad. Los datos que suministra la matriz se pueden agregar de muchas otras formas, además de las que ella provee. ¿Se justifica usar para la agroindustria un criterio de impacto en el empleo como el que usamos, más amplio que el que sería legítimo para otros sectores? Nuestra respuesta es que sí se justifica y la razón es muy obvia: la localización. La matriz de insumo-producto no mide ni “conoce” la realidad sociogeográfica del país, pero nosotros sí tenemos la obligación de conocerla. Y sabemos que el espacio no es apenas una fricción, como en la economía neoclásica, sino una realidad que sólo marginalmente ajusta por las migraciones internas.

Otra crítica incorrecta de Javier Rodríguez es hacernos decir que la inflación genera empleo. La realidad es que, dado que la matriz está a precios de 1997, estimamos el impacto adicional en el empleo originado en el cambio en los precios relativos del año 2003, no en la inflación. De nuevo, cualquiera que recorra el país sabe que desde el casi pleno empleo observado en muchas localidades hasta las nuevas aceiteras o puertos del Paraná no hubieran ocurrido sin la devaluación real del peso.

Por último, el crítico nos imputa la intencionalidad de haber hecho el trabajo para justificar una eventual eliminación de las retenciones. Tampoco es cierto. En verdad lo hicimos como un aporte que ayude a encontrar estrategias de desarrollo que integren al campo, la agroindustria, la industria y los demás sectores. Demasiado mal nos ha ido como país cuando se ha favorecido a unos a expensas de otros.

Un ejemplo de Agroindustria De Primera Marca Nacional, entre otras.-


PLA



La empresa Pla SA, dedicada a la fabricación de pulverizadoras de arrastre y autopropulsadas y de sembradoras, está finalizando la última etapa de un plan de inversión por 6 millones de pesos destinado a ampliar de 4000 a 13.000 metros cuadrados cubiertos una planta que posee en la localidad santafecina de Las Rosas, a la vera de la ruta 178.

Hace unos meses, la empresa comenzó a realizar trabajos para concentrar la fabricación de todos sus equipos en un mismo lugar y así poder trasladar la producción de pulverizadoras que ya realizaba en una planta ubicada en el centro de la ciudad. Por eso, ahora buscará llegar a tener en febrero o marzo próximos una planta unificada con 9000 metros cuadrados y luego tratará de incrementar ese espacio a 13.000 metros cuadrados cubiertos.

En la actualidad, la firma fabrica alrededor de 40 pulverizadoras autopropulsadas por mes y cerca de 30 sembradoras. En el primer segmento de equipos (un mercado que mueve unos 60 millones de dólares en el país), Pla es una de las firmas líderes junto a Metalfor, de Marcos Juárez.

"Estamos terminando la primera etapa de la ampliación. Vamos a integrar toda la producción en una nueva planta", dijo a LA NACION Nancy Zanuzzi, gerente de Marketing de la compañía.

Uno de los motivos de esta inversión fue la necesidad de aumentar la calidad de la producción y de disponer de una mejor planta de pintura para los equipos. "Necesitamos tener una buena planta de pintura. Además, queremos tener instalaciones para desarrollar grandes producciones en serie y seguir mejorando la calidad", señaló el ejecutivo.

Según comentó Zanuzzi, la empresa, que tiene unos 400 empleados, comenzó a realizar esta inversión con recursos propios y sin recurrir al financiamiento externo. "Esto es importante para nosotros porque decidimos hacer la inversión aun cuando el gobierno nacional nos debe unos 6,5 millones de pesos en concepto de reintegros atrasados", afirmó.

METALFOR



METALFOR S.A. nace en el año 1974 creada por el Sr. Luis Ángel Dadomo, en la localidad de El Fortín, ubicada al noroeste de la provincia de Córdoba, teniendo como objetivo la fabricación de implementos agrícolas. En 1989 se organiza bajo la forma de empresa unipersonal cuyas características más salientes son las de un pequeño taller donde el esfuerzo personal compensaba las limitaciones que por ese entonces existían. En ese mismo año se concreta la fabricación y venta de la primera pulverizadora de arrastre de 600 lts. de capacidad. A partir del año 1978 se diversifica la producción y se agregan varios modelos, siempre en la línea de equipos de arrastre. En el año 1979 se terminó el primer equipo autopropulsado de 1500 lts. de capacidad, con la característica fundamental de poseer el botalón ubicado en la parte posterior del equipo ya que hasta ese entonces los equipos existentes poseían el mismo en la parte delantera, esto permitió alejar al conductor de la nube de pulverización evitando las consecuencias de una intoxicación.
En el año 1993 toma forma la idea de un cambio de radicación de la planta a una zona tradicionalmente agrícola, con características óptimas para el desempeño de la producción, fue así que se decidió en ese mismo año instalar la planta en la ciudad de Marcos Juárez, provincia de Córdoba, en el km. 443 de la ruta nacional N¼ 9. Las instalaciones cuentan con una superficie total de terreno de 40.000 m2, y con una superficie cubierta de 7.000 m2. Es a partir de entonces que METALFOR se consolida inmediatamente en el mercado nacional.
Siempre existieron principios básicos e inquebrantables que guiaron la vida de la empresa como ser el convencimiento de que “el cliente es el mayor patrimonio de la empresa y se debe trabajar junto a el”, “el respeto por los compromisos asumidos”, y “la valoración del trabajo en equipo”.
En el año 1998 se organiza un sistema de post-venta único en el Mercado ofreciendo al cliente a través de la novedosa “Red de Comercialización”, toda la línea de repuestos y auto-partes legítimos, entregados mano a mano por servi-móviles llegando a todo el país.


VASALLI



La definición de un perfil innovador fue una de las características iniciales que marcaron la actividad de la empresa. Ya en sus comienzos con la creación del primer equipo de recolección integral de maíz, capaz de lograr en una sola operación simultanea recoger, deschalar, desgranar y embolsar el cereal, revoluciono el agro a nivel internacional.
Muy pocos anos pasaron desde la reforma inicial implementada hasta la aparición del primer modelo íntegramente fabricado en la planta de Firmat, la "Super Vassalli", uno de los que mas satisfacciones le dio a su fundador.

Estructurada formalmente la industria, lanzo al mercado mas de 20 modelos diferentes, algunos de ellos con particular éxito de ventas como el "V 900", "910 Líder", y la "Vassalli 1200", esta ultima aun recordada por el salto tecnológico que represento en su momento.

Los sucesivos cambios que se introdujeron en sus modelos estuvieron siempre asociados a las demandas tradicionales de los hombres de campo. Las máquinas de la marca se caracterizaron por ser muy practicas, de gran rendimiento y muy fácil mantenimiento.
Modelos como la "3-16", se destacaron por su versatilidad, ya que podían transformarse en unidades especiales para terrenos muy pesados, inclusive para la cosecha de arroz, tal el caso de la "Vassalli 3-16 JMR". Prácticamente, en promedio, cada ano y medio Vassalli propone al productor una nueva alternativa que contempla la necesidad de mayores rendimientos, menores niveles de perdida de cereal, mayor limpieza del grano cosechado y mas velocidad de trabajo.


A la par de su fundador, la empresa comprendió el sentido global de la producción de cosechadoras y en todo momento se preocupo por cuidar todos los detalles que hicieran a sus clientes sentirse seguros y respaldados. Monto una red de concesionarios lo suficientemente articulada como para que la provisión de repuestos en tiempo y forma, fundamental para el trabajo de campo, se cumpliera bajo cualquier condición geográfica o climática, un valor agregado que sus usuarios siempre destacaron como una ventaja comparativa determinante.

Convertido ya en un referente ineludible de la industria nacional de maquinaria agrícola, al final de la década de los ochenta, Roque Vassalli sienta las bases de Vassalli Fabril S.A., una nueva planta en la que comenzó a producir las cosechadoras "Don Roque". En menos de una década, y con una progresión de modelos que va aumentando gradualmente su capacidad de trilla, la marca paso a liderar el mercado de cosechadoras de producción nacional. Sus herederos y el compacto equipo de profesionales formado bajo su experiencia continuaron esta línea de trabajo y en octubre del ano 2000 presentaron la cosechadora mas grande y sofisticada fabricada hasta ahora en el país: el modelo RV 170 de la línea "Don Roque", diseñada y desarrollada íntegramente en la planta de Firmat.

Mercados Frutihortìcolas

En un lapso de 30 años, la Argentina pasó de exportar 400.000 toneladas a 1,6 millón de toneladas en productos frutihortícolas, con un importante crecimiento en la producción que ascendió a más de 15 millones de t. El nuevo repunte se dio a partir de 2002, cuando se pasó a un perfil de producción y el PBI comenzó a crecer, especialmente en las ciudades del interior. En 2003 se dio un importante salto a frutas como berries y uvas.
Juan Martín Rosauer (foto), presidente de la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI), sostuvo que si analizamos los números de la actividad, veremos cómo el país experimentó un crecimiento en las inversiones en infraestructura y en tecnología -como ser empaque, etiquetado, la conservación- y, si bien a partir de la devaluación hubo una gran baja en los costos de producción, desde 2002 el costo es creciente y estamos en un 20% por encima de 2001, época en la finalizó la convertibilidad.

El funcionario recalcó que la gran preocupación que existe en las economías regionales es la falta de mano de obra para levantar la cosecha. Además, remarcó que el costo laboral está un 25% más caro, en dólares, que en 2001. Es el segmento más importante en materia de costos, dijo Rosauer.
Asimismo, se refirió a las barreras comerciales que imponen los mercados, como las millas recorridas por el producto, limite máximo de residuos (cada país en la UE tiene un parámetro distinto) y los aranceles de importación. Por ejemplo, para acceder a la UE, Chile tiene 0% y la Argentina 4%.













Link:
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/cash/17-2144-2005-10-30.html

http://www.lagaceta.com.ar/nota/249189/Rural/exportacion_crecio_un_400pc_30_a%C3%B1os.html