Nuestro Che Guevara fue un hombre muy adelantado a su tiempo. Fue el hombre nuevo.
Y esa conciencia de hombre nuevo le permitió comprender, en plena modernidad, lo que estaba por venir más de 50 años después: la crisis de los partidos políticos, la caducidad de las viejas identidades y la formación de la contradicción de la época, que es pueblos o corporaciones.
Lo que quiso decir el Che Guevara y seguimos tratando de decir hoy es esto: importan muy poco las identidades políticas del siglo XX en este siglo XXI. Hay comunistas que están con los pueblos y comunistas que están haciendo el juego de las corporaciones; hay peronistas con el pueblo y peronistas cooptados por las corporaciones, y otro tanto puede decirse de radicales, socialistas y todos los demás.
Acá no importa cómo te hacés llamar ni con qué color de bandera te identificás. Si te parás del lado de las corporaciones, sos enemigo de los pueblos; y si te parás del lado de los pueblos, sos nuestro compañero, que es lo más importante.
El Che sí que sabía cómo son las cosas.
La batalla cultural.
Los 34 de Vaccari 
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