Si algo hay que reconocerle a Horacio RodrÃguez Larreta es
su capacidad de supervivencia, su adaptación y mutación.
El hombre era radical, trabajaba con De La Rúa, colaboró cuanto pudo
con el suicidio de Favaloro, y cuando el radicalismo pasó de moda,
se quedó en CABA, en modo cucaracha, oculto, esperando.
Advirtió la ola macrista y se subió al tren justo a tiempo.
Hoy es Gobernador CABA, tiene posibilidades de continuar, y como vio
la debacle del Presidente, ya "lo olvidó"...
Y además es de Racing.