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CREAR TEMA

Martes 03/08/2021, 00:28:57
18794 Posts - 5905 Puntos
Escrito por allivela

Escrito por Hombre_de_ningun_lugar
La emisión monetaria, que luego se traduce en inflación, no es más que el resultado de gastar más que lo que se produce, un problema estructural y endémico de nuestro país. La alternativa es tomar deuda o aumentar impuestos, y ambos recursos ya están saturados. Entonces echemos las culpas que hayan que echar, pero también entendamos en dónde estamos parados, no hay una salida fácil de esto.

El cepo al dólar en nuestro país se impone por urgencia económica, pero un poco también por una cuestión cultural. En otros países de la región no hay cepo, pero no porque su moneda sea fuerte, sino porque la sociedad no acostumbra a especular comprando divisas. Claro que acá tenemos una larga historia que nos llevó a esa costumbre; y en definitiva, la desconfianza en nuestra moneda es algo que se retroalimenta, generando aun más desconfianza. Por eso sacar el cepo al dólar, así como el 1 a 1 en su momento, tampoco sirvió para mejorar nada, sino que a la corta o a la larga todo empeoró más.

Cuando hablo de "tiempo" precisamente me refiero a aquellos que tienen margen para jugar con el mismo y planificar a largo plazo. No es lo mismo el tipo que deja de comer para comprarse unos míseros dólares que el tipo que puede guardar sus verdes sin tocarlos por varios años. Pero el problema de fondo y que en verdad preocupa a la mayoría de los argentinos es otro. Acá la mayoría piensa en el día a día y ve cómo su salario se devalúa con el paso del tiempo. Entonces la agenda del dólar en verdad es una preocupación de una minoría, que directa o indirectamente afecta a todos, pero según diferentes intereses.
La alternativa es tomar deuda o aumentar impuestos, y ambos recursos ya están saturados

No comparto, la alternativa es ajustar donde no se ajusta desde el 2001, en el estado. Pero con eso solo no alcanza.

Se necesita un liderazgo capáz de generar un cambio de expectativas y con eso tenes el puntapie inicial para generar un shock de confianza que permita reactivar la economía. Si tomas como referencia el valor actual de las empresas más importantes en Argentina y las comparas con lo que valían esas empresas en diciembre 2015, la valuación cayo 75%.

Los precios de los activos en Argentina son ridiculamente bajos y eso es porque ni los argentinos ni el mundo confiamos en la dirigencia actual (gobierno y oposición).

La sociedad debería exigirle a la dirigencia que presente propuestas y que esas propuestas sean debatidas en las campañas.

Lo que está haciendo Juntos (cada vez menos juntos) es la muestra más clara del nivel de mediocridad de la dirigencia política. Tienen la chance de tener unas internas diferentes, donde se peleen por ver quien tiene mejores propuestas y que la gente decida a quien votar.

Pero de sentarse a debatir que van a hacer con la economía, la educación, la salud, como nos vamos a posicionar ante el mundo, etc, etc, NADA. En lugar de eso discuten que si Larreta lo quiere cagar a Manes, que si Manes es puto, que si Vidal tal o cual cosa. Dan asco, y ya cansan con el cuento, que si el FPV saca 10 diputados más, somos Venezuela. Loco, expliquen porque mierda ustedes (la oposición) pueden ser una alternativa de gobierno a esta lacra.

Pero como no tienen una puta idea (ni el gobierno ni la oposición), se la pasan justificando su mediocridad en la mediocridad del oponente. Así, no hay forma de salir.
Obviamente que bajar el gasto, así como producir más, es un objetivo para solucionar el problema endémico de nuestro país. Pero cuando el gasto ya se hizo y la producción no fue suficiente, entonces solo quedan las tres alternativas que dije para compensar el desbalance: más emisión, más deuda o más impuestos.

Todo bien con el ajuste. Si todos los argentinos nos pusiéramos de acuerdo en hacer un esfuerzo para sacar adelante al país, seguramente podríamos salir a flote en lo económico. El problema es que el gobierno anterior ya solicitó un gran esfuerzo al pueblo, pero en verdad no hizo ajuste, sino que transfirió recursos de pobres a ricos. Y el gobierno actual, que a priori no tiene vocación de ajuste, se vio obligado a gastar y ajustar al mismo tiempo por la pandemia. Entonces será difícil pedirles más esfuerzos a los ciudadanos, que por un motivo u otro han sido en vano. Pero la realidad es la realidad y los números no mienten.

En cuanto al gasto del Estado, no sólo hay que reducirlo, sino que también debería ser más eficiente. De hecho, quizás incluso haya que gastar más en algunas áreas fundamentales, como salud y educación, donde el personal médico y los docentes cobran sueldos miserables. Entonces está muy claro lo que hay que hacer para acomodar los números, pero todo tiene un costo y la salida no es tan sencilla. Menos cuando los dos partidos políticos dominantes no se ponen de acuerdo en temas estratégicos para fijar políticas de Estado sostenibles en el tiempo.

Lo del "shock de confianza" para atraer inversiones y reactivar la economía es el mismo discurso volátil que tenía Macri en las elecciones 2015 y al principio de su gobierno. Pero a Macri no sólo le faltó liderazgo y gestión para lograr la tan ansiada "lluvia de inversiones", sino que había un factor que no podía controlar: previsibilidad a largo plazo. En un país como el nuestro, con tanta instabilidad política y económica, nadie quiere venir a invertir productivamente; por el contrario, lo único que atrae el desbarajuste económico de nuestro país son inversiones especulativas. Por eso, insisto, nuestro país no será predecible (para bien) hasta que los distintos actores políticos no se pongan de acuerdo en políticas de Estado estables, que se mantengan gobierne quien gobierne, con improntas diferentes pero un rumbo claro y certero. Y en esto un plan coherente y ambicioso de educación es fundamental si no queremos que las nuevas generaciones sigan sumergiéndose en la pobreza. Pero si seguimos hipotecando el futuro, como ya lo hicimos en el pasado para tapar agujeros del presente, seguiremos de mal en peor.

Después estamos de acuerdo en que tanto el Frente de Todos como Juntos no ofrecen propuestas superadoras y factibles, sino que se dedican a señalar el mal que se halla en el adversario. En parte es porque no tienen ideas frescas; y en parte es porque éste es el juego que les conviene para estancarse en el inconsciente colectivo como las únicas dos opciones viables.