CREAR TEMA

Escrito por allivela

Escrito por CABALLERO-ROJO

Yo particularmente estoy a favor de los subsidios, pero obviamente hay que aplicarlo objetivamente y es ahí donde está lo difícil porque lo hacen personas y las personas somos falibles y en muchos casos corruptas.

Para dar un simple ejemplo, lo que un ciudadano se ahorra en transporte porque se lo subsidian, esa plata no es que la guarde, sino que la inyecta a la economía en otro sector, yendo al Cine o comprandose unos zapatos, o más carne, etc.

El subsidio no sólo le sirve a quien lo recibe sino también a los comercios y servicios.


Luxemburgo por ejemplo (sé que no es comparable.con Argentina, pero sí podría comprarse con una Ciudad de acá) subsidian el 100% del transporte...nadie paga transporte público, ni tren ni subte ni ómnibus...y demostró que toda esa plata que la gente "se ahorra" en eso, la inyecta en la economía Salle do más a comer a.divertirse o comprando mas cosas...es una cadena.

Yo tambien estoy de acuerdo con subsidiar a determinados sectores sociales, pero creo que no es bueno subsidiar determinados servicios, porque eso quita racionalidad al consumo. En ese punto, estoy de acuerdo con lo que Milei enuncia.

Por ejemplo, el transporte, que te cobren lo que vale el boleto y si vos sos pobre, que te carguen xxx guita por mes en la SUBE.

Lo mismo con la energia, que te cobren lo que vale la luz y en todo caso, que te den XXX guita por mes como ayuda económica (y por un tiempo limitado).

Despues, si vos decidis usar esa guita para pagar la tarifa de luz, o preferís gastar menos electricidad y mandar a tu hijo a un mejor colegio, ya pasa a ser decisión tuya y no de un burocrata que tiene tongo con las empresas energeticas.

Todo eso es debatible. Los subsidios en sí mismos no son buenos o malos, sino que dependen de dónde y cómo se aplican. El problema de Milei es que no parte de una concepción práctica, sino ideológica. Así como la izquierda pretende un Estado omnipresente, Milei quiere un Estado totalmente ausente.

Por caso, hay lugares en el mundo donde el transporte público directamente es gratuito para cualquier ciudadano. Obviamente se paga con impuestos, pero beneficia a una mayoría trabajadora y desalienta el uso de automóviles particulares, especialmente en ciudades donde hay problemas de tránsito o contaminación. El subsidio siempre debe buscar un bien superador para la sociedad que justifique el destino de los impuestos.