Jueves 17/09/2015, 19:02:18
boneco de lolo
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BONECO DE LOLO, UN HINCHA DE LEYENDA
Los memoriosos de Avellaneda aún lo recuerdan entrando con su figura real y desgarbada al estadio de la Doble Visera. Junto a estrellas de la talla de Daniel Bertoni o Ricardo Bochini, Boneco de Lolo se ganaba la ovación de esas tribunas enfervorizadas en una época gloriosa cuando Independiente ganaba el tetracampeonato de América y la Copa Intercontinental.La verdadera historia de este perro, que saltó del anonimato hasta convertirse incluso en estrella de televisión, se inició debajo de un oscuro puente en Palermo. En ese lugar Juan Carlos Malodín, un indigente brasileño que los vecinos del barrio habían apodado Lolo, se encontraba postrado y enfermo. Abandonado a su suerte sólo esperaba morir. Pero el destino, con esas jugadas mágicas con las que nos suele sorprender, cruzó su camino con el de Boneco, un perro de raza indefinida, que también tenia la calle como hogar. Mandolín afectado en una de sus piernas por la gangrena, ya había perdido toda esperanza de recuperación. Fue entonces cuando el perrito comenzó a lamer sus heridas y milagrosamente logró salvarlo de la amputación.[/b]Lolo, repuesto y agradecido le enseñó a su nuevo amigo gracias y piruetas y él, con singular habilidad, las aprendía velozmente. Fue así que, primero en las calles y luego en fiestas infantiles, comenzaron a ganarse la vida. Además las destrezas desarrolladas por el perro le abrieron las puertas a otros ámbitos, formando incluso parte de la trouppe de algunos circos.De esa manera, y gracias al trabajo en conjunto, Lolo y Boneco mejoraron substancialmente su calidad de vida. Al poco tiempo alquilaron un departamento en Palermo y además Lolo compró un Fíat 600 al que le saco la parte trasera, pues decía que le pertenecía a su socio,Boneco, y hasta le hizo una camita en la parte de atrás para que pudiera descansar plácidamente.El vínculo entre Independiente y Boneco nace por la simpatía que profesaba Mandolín por los Diablos de Rojos. En una ocasión presenció el entrenamiento del club de sus amores acompañado por Boneco y los futbolistas se encariñaron con él adoptándolo como mascota. De esa manera su presencia era habitual en los partidos jugados por el equipo de Avellaneda. En esos años los jugadores de Independiente, que pasaba por un excelente momento futbolístico, consideraron que la presencia de Boneco les daba buena suerte. Y a modo de talismán, el animal acompañó al plantel en múltiples giras, incluso en encuentros que se desarrollaron más allá de las fronteras del país.La popularidad de Boneco se incrementaba día a día y fue así que se le abrieron las puertas de la televisión. En 1972 el Canal 13 ponía al aire la comedia, “Gorosito y Señora”, encabezada por Santiago Bal y Susana Brunetti, quienes interpretaban una pareja de recién casados que tenían unos vecinos muy entrometidos pero adorables protagonizados por Eduardo Muñoz y Mabel Manzotti y Boneco era mascota de este matrimonio indiscreto.[b]El vínculo que se había construido entre el ex – linyera y el animal fue tan intenso que al morir Lolo, Boneco pasó todo el velatorio tirado debajo del ataúd. Y cuando el cuerpo fue llevado a su morada final, el perro se echó al lado de la tumba y se negó a recibir cualquier alimento, muriendo de hambre y de sed, reafirmando, con esta actitud, que nunca más se separarían.
Los memoriosos de Avellaneda aún lo recuerdan entrando con su figura real y desgarbada al estadio de la Doble Visera. Junto a estrellas de la talla de Daniel Bertoni o Ricardo Bochini, Boneco de Lolo se ganaba la ovación de esas tribunas enfervorizadas en una época gloriosa cuando Independiente ganaba el tetracampeonato de América y la Copa Intercontinental.La verdadera historia de este perro, que saltó del anonimato hasta convertirse incluso en estrella de televisión, se inició debajo de un oscuro puente en Palermo. En ese lugar Juan Carlos Malodín, un indigente brasileño que los vecinos del barrio habían apodado Lolo, se encontraba postrado y enfermo. Abandonado a su suerte sólo esperaba morir. Pero el destino, con esas jugadas mágicas con las que nos suele sorprender, cruzó su camino con el de Boneco, un perro de raza indefinida, que también tenia la calle como hogar. Mandolín afectado en una de sus piernas por la gangrena, ya había perdido toda esperanza de recuperación. Fue entonces cuando el perrito comenzó a lamer sus heridas y milagrosamente logró salvarlo de la amputación.[/b]Lolo, repuesto y agradecido le enseñó a su nuevo amigo gracias y piruetas y él, con singular habilidad, las aprendía velozmente. Fue así que, primero en las calles y luego en fiestas infantiles, comenzaron a ganarse la vida. Además las destrezas desarrolladas por el perro le abrieron las puertas a otros ámbitos, formando incluso parte de la trouppe de algunos circos.De esa manera, y gracias al trabajo en conjunto, Lolo y Boneco mejoraron substancialmente su calidad de vida. Al poco tiempo alquilaron un departamento en Palermo y además Lolo compró un Fíat 600 al que le saco la parte trasera, pues decía que le pertenecía a su socio,Boneco, y hasta le hizo una camita en la parte de atrás para que pudiera descansar plácidamente.El vínculo entre Independiente y Boneco nace por la simpatía que profesaba Mandolín por los Diablos de Rojos. En una ocasión presenció el entrenamiento del club de sus amores acompañado por Boneco y los futbolistas se encariñaron con él adoptándolo como mascota. De esa manera su presencia era habitual en los partidos jugados por el equipo de Avellaneda. En esos años los jugadores de Independiente, que pasaba por un excelente momento futbolístico, consideraron que la presencia de Boneco les daba buena suerte. Y a modo de talismán, el animal acompañó al plantel en múltiples giras, incluso en encuentros que se desarrollaron más allá de las fronteras del país.La popularidad de Boneco se incrementaba día a día y fue así que se le abrieron las puertas de la televisión. En 1972 el Canal 13 ponía al aire la comedia, “Gorosito y Señora”, encabezada por Santiago Bal y Susana Brunetti, quienes interpretaban una pareja de recién casados que tenían unos vecinos muy entrometidos pero adorables protagonizados por Eduardo Muñoz y Mabel Manzotti y Boneco era mascota de este matrimonio indiscreto.[b]El vínculo que se había construido entre el ex – linyera y el animal fue tan intenso que al morir Lolo, Boneco pasó todo el velatorio tirado debajo del ataúd. Y cuando el cuerpo fue llevado a su morada final, el perro se echó al lado de la tumba y se negó a recibir cualquier alimento, muriendo de hambre y de sed, reafirmando, con esta actitud, que nunca más se separarían.