Miércoles 06/05/2015, 20:01:39
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Bebote recuperó las banderas que tenía Loquillo de la barra e insólitamente le abrieron el estadio para mostrarlas.Es el dueño de esa porción de Avellaneda. Arma partidos con asado incluido en la cancha, pasea un cortejo fúnebre de un ex capo barra por el Libertadores, en Domínico tiene piedra libre para ser atendido por el capitán del team y como si fuera poco, cuando tras mucho tiempo se hace con uno de los elementos más preciados de cualquier barra, los trapos, le abren el estadio para que los muestre impúdicamente. Si algo le faltaba a este Independiente en su inestable actualidad era que Pablo Alvarez dejara constancia una vez más sobre quién manda por Avellaneda. Y no estamos hablando únicamente de la tribuna del Libertadores de América. Quizá la dirigencia diga ahora que cualquier socio puede ir con telones y sacarse una selfie en un estadio cerrado. Ni se gasten.El tema nació con la propia interna de Los Diablos Rojos. Cuando Javier Cantero asumió, planteó una batalla contra los violentos y su mayor símbolo, el Bebote. Este, entonces, decidió desensillar hasta que aclare y le pasó el mando a César Loquillo Rodríguez. Cuando quiso retomar, su ex ladero le bajó el pulgar. Así empezó una salvaje interna cuyo triunfador fue Alvarez. Pero Loquillo, con el apoyo del barrio 4 de Julio, cercano al estadio, se quedó con dos telones (uno de ellos, el financiado por Sergio Agüero) y varias banderas. En una cinematográfica y chaplinesca operación, Bebote y los suyos recuperaron de un departamento a fin de 2013 varios tirantes (hubo una causa por robo en la UFI 1 de Florencio Varela que finalmente no prosperó) pero no el telón icónico del Kun y otras banderas guardadas en una quinta en Brandsen. La semana pasada circuló el rumor de que las vituallas estaban en venta y que la gente del 4 de Julio, a espaldas de Loquillo, las había ofrecido a cambio de 100.000 pesos a la Guardia Imperial (en 15 días se juega el clásico de Avellaneda en el Cilindro). Así, la barra oficial se movió rápido y primereó: algunos dicen que a cambio de $ 50.000, otros que fueron en 10 autos y sólo se las llevaron. Pero esto es lo menos importante: lo escandaloso es que tras volver de allí, pasaron por el estadio y se lo abrieron, para que exhiban su poder. Así estamos.
Gustavo Gravia ( Periodista )