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Escrito por Remi
La supercopa y la recopa, ambas del 95', y la sudaca, 2010, las ganamos siendo efectivos. Pero nadie puede decir que era un juego vistoso. Sin embargo se festejó y los trofeos brillan en nuestra vitrina.
El paladar negro es un eufemismo de amargo. Nos estigmatizaron con esos motes, los cuales son falaces. El rojo es la síntesis del fútbol defensivo, ofensivo, aguerrido y lírico... siempre fuimos la tercera posición, la evolución. Por eso ganamos tanto, por pragmatismo.
Nos endulzaron la oreja y caímos en la trampa, por soberbia, de creer que sólo se puede ganar dando prioridad a las formas.
RiVAR y bo$ta demostraron que billetera mata galán y mata paladar.
En este momento tengo la pija bien dura, porque estoy feliz con un triunfo más...
Gracias por poner en palabras lo que siento, y sobretodo por enseñarle cómo es nuestra historia a los más jóvenes, que no tienen la culpa de haber crecido bajo el influjo del Barcelona de Guardiola
Algo de eso hay y algunos foristas recuerdan siempre que el equipo que inicio la historia en la Libertadores asi como el del 71 (luego del éxodo de Bernao, Yazalde yTarabini , pensabamos que no le hariamos un gol a nadie), eran equipos duros atras y que no brillaban pero generaron una mistica incomparable. No obstante, los hinchas de Independiente de esos años crecimos escuchando las historias del campeon de finales de los 30, o la delantera de la seleccion con jugadores del rojo y el gol de Grillo a los ingleses. Pero además vimos al rojo de Brandao y en los 70 ya con algunas copas adentro, con la llegada del Bocha y Bertoni, mas Percy, Larrosa, Brailovsky. Olguin, Maranga Burru.,, demostramos que además se podia ser campeon jugando futbol de alto vuelo. Como no endulzarnos!
Luego los campeones del 94 y el del 2002 tambien tuvieron muy buenos momentos. (de hecho, costó aceptar a un campeon solido como el equipo de Solari en el 89. Luego vino la oscuridad. El renacimiento hace 3 años nos duro muy poco y hoy estamos conscientes de que se puede siempre estar peor. Claramente el paladar se destiño. Es lo que toca y debemos afrontarlo con lo que hay.
Por ahora satisfecho de ir encajando las piezas de un rompecabezas que hasta hace muy poco metía miedo.