Lunes 14/03/2016, 12:02:47
Jugoso análisis de Vignola
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A la Vera del camino de la recuperaciónPor Pablo Vignola
Con el regreso de Viruta a la titularidad, Independiente abrochó dos victorias al hilo y se acomodó en la Zona 1. Con plantel recuperado y tres partidos en los que puede seguir sumando, se anima a soñar con dar pelea.
A fuerza de dos triunfos consecutivos, Independiente infló el pecho después de las turbulencias del arranque. A fuerza de siete goles de dos juegos, el equipo de Pellegrino volvió a sentir la confianza que los traspiés ante Central y River más el duro empate en clásico frente a Racing le habían carcomido.Y es que el Rojo, que parecía desahuciado -y hasta mucha gente de su entorno había aceptado que le desenchufaran el respirador artificial- con la inyección de sus dos triunfos en serie, Colón y Banfield, recuperó los signos vitales. Y, un rato después, las derrotas de San Lorenzo, Rosario Central y Gimnasia, le aclararon el panorama: noveno a seis puntos del líder hacer siete días, cerró este fin de semana quinto y a tres del puntero (hoy juega Godoy Cruz).Pero ahí no termina la lectura positiva: Independiente, en su horizonte cercano, deberá enfrentar a Patronato de local, Sarmiento en Junín y Olimpo en casa, lo cual le podría representar una cosecha importante para meterse de lleno en la pelea por los primeros puestos de una zona con siete equipos en una franja de cuatro equipos.Y en este quiebre productivo de Independiente, hay dos detalles coincidentes: el cambio de arquero con Campaña por el Ruso Rodríguez (no influyó) y el regreso a la titularidad de Diego Vera (determinante).Si bien los siete goles de esta levantada estuvieron bien repartidos: uno en contra, Denis, Cuesta, Rigoni, Tagliafico, Vera y Benítez, el ingreso de Viruta fue fundamental, aún sin haber alcanzado su plenitud física, para cambiarle la cara al ataque del equipo por su movilidad y su buena lectura del juego.Y un dato más: a esta recuperación de Vera hay que sumar la del Cebolla Rodríguez, al buen nivel que reencontró el Torito Rodríguez y a un lento pero marcado crecimiento individual en general.
Con el regreso de Viruta a la titularidad, Independiente abrochó dos victorias al hilo y se acomodó en la Zona 1. Con plantel recuperado y tres partidos en los que puede seguir sumando, se anima a soñar con dar pelea.
A fuerza de dos triunfos consecutivos, Independiente infló el pecho después de las turbulencias del arranque. A fuerza de siete goles de dos juegos, el equipo de Pellegrino volvió a sentir la confianza que los traspiés ante Central y River más el duro empate en clásico frente a Racing le habían carcomido.Y es que el Rojo, que parecía desahuciado -y hasta mucha gente de su entorno había aceptado que le desenchufaran el respirador artificial- con la inyección de sus dos triunfos en serie, Colón y Banfield, recuperó los signos vitales. Y, un rato después, las derrotas de San Lorenzo, Rosario Central y Gimnasia, le aclararon el panorama: noveno a seis puntos del líder hacer siete días, cerró este fin de semana quinto y a tres del puntero (hoy juega Godoy Cruz).Pero ahí no termina la lectura positiva: Independiente, en su horizonte cercano, deberá enfrentar a Patronato de local, Sarmiento en Junín y Olimpo en casa, lo cual le podría representar una cosecha importante para meterse de lleno en la pelea por los primeros puestos de una zona con siete equipos en una franja de cuatro equipos.Y en este quiebre productivo de Independiente, hay dos detalles coincidentes: el cambio de arquero con Campaña por el Ruso Rodríguez (no influyó) y el regreso a la titularidad de Diego Vera (determinante).Si bien los siete goles de esta levantada estuvieron bien repartidos: uno en contra, Denis, Cuesta, Rigoni, Tagliafico, Vera y Benítez, el ingreso de Viruta fue fundamental, aún sin haber alcanzado su plenitud física, para cambiarle la cara al ataque del equipo por su movilidad y su buena lectura del juego.Y un dato más: a esta recuperación de Vera hay que sumar la del Cebolla Rodríguez, al buen nivel que reencontró el Torito Rodríguez y a un lento pero marcado crecimiento individual en general.